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La Alianza Cristiana y Misionera en Cuba ha sido sal y luz, experimentando un crecimiento constante en medio de dificultades políticas y económicas. Los líderes de la Alianza en Cuba han mostrado pasión y creatividad para iniciar nuevas iglesias, pero enfrentan muchos desafíos, incluyendo su sustento y la privacidad de sus familias.

Cuba es uno de los pocos países del mundo que mantiene un sistema socialista desde hace muchos años junto con China, Corea del Norte, Laos y Vietnam. La Revolución Cubana, encabezada por Fidel Castro, ocurrió en los años 1950. Por muchos años, hasta la disolución del gran bloque socialista en 1989, Cuba fue patrocinada por la URSS, manteniendo el 80% de las relaciones comerciales con países con los mismos ideales políticos. Sin embargo, después de 1989, sin el apoyo de otros países, la situación económica, política y social de Cuba declinó drásticamente. Hoy, en 2018, el país completa casi 60 años de gobierno liderado por los hermanos Castro. Fidel gobernó durante 47 años y su hermano Raúl durante 12 años. Todo ese sistema, sus desafíos, logros y fracasos afectan directamente el crecimiento y el establecimiento de las iglesias de la Alianza en Cuba.

 

En los últimos seis años la Alianza Cristiana y Misionera en Cuba ha pasado de 35 a 70 iglesias, con un sistema de plantación que se realiza en casas y ocurre de la siguiente manera: un líder recibe un entrenamiento de un año e inicia una iglesia en su propia casa, convirtiéndose así en pastor a tiempo completo. Paralelamente a la plantación de iglesias, recibe formación teológica en el Instituto Bíblico de la Alianza en Cuba.

Las iglesias de la Alianza de Canadá, Chile y Perú han ayudado a la iglesia nacional con el programa de capacitación pastoral y también con la compra de edificios de casas-iglesias. El sustento de las familias pastorales también proviene de las contribuciones de estas iglesias. Sin embargo, estos pastores y sus familias pasan por muchos desafíos, comenzando con los desafíos económicos y de privacidad, ya que el lugar de culto es también la sala de estar de su familia. Los hijos de los pastores han enfrentado dificultades debido a esto.

Qué hermoso es ver la forma en que Dios usa diferentes naciones y diferentes contextos para la expansión de Su Reino.

Pero podemos hacer más. ¿Cómo?

 

Los pastores y los plantadores de iglesias tienen la visión de establecer una iglesia en cada provincia, ya que ven este momento como una ventana de oportunidad para llevar a las personas a Cristo. Supervisar estos proyectos es una tarea titanica ya que el sistema de transporte es prácticamente inexistente o demasiado caro fuera de la capital La Habana.

Una manera de superar esta dificultad es la compra de motocicletas eléctricas para cada coordinador regional de iglesias para visitar y alentar a los plantadores de iglesias en diferentes partes del país. El costo total es de US$ 6.000 para tres motocicletas.

Por favor, ora y considera donar para este proyecto (http://awf.world/es/donar/).

Alabamos a Dios por lo que está haciendo en Cuba. Oremos por las familias de los pastores y por las iglesias allí establecidas.