Ayer, al menos cinco personas murieron y más de 70 fueron heridas en Beirut. Este ataque suicida se produjo una semana después del asesinato del prominente político Mohammad Shatah . “La situación en el país es muy peligrosa y toda la zona podría ir a un tiempo terrible de guerra,” dice el líder de la Alianza Sami Dagher. “Vemos la mano del maligno para destruir y matar, pero nuestro Dios es un Dios de amor y esperanza en que la justicia prevalecerá y que podremos vivir una vida normal.” El aumento de la violencia es descrita así por Milad Dagher : “ Varios de nuestros miembros de la iglesia trabajan dentro de un radio de dos manzanas y pasaron por el lugar de la explosión unos minutos antes de que ocurriera. Damos gracias a Dios que los ha protegido. Sin embargo, nuestros corazones siempre se duelen cuando vemos que las personas sufren innecesariamente mientras el mal causa estragos en nuestro país y en la región.” Los pastores libaneses de la Alianza ven esto como “una gran oportunidad para que el amor de Cristo sea proclamado y para que el evangelio sea presentado”. Su petición de oración es: “Por favor, oren para que el Señor derrame su Espíritu Santo sobre todos los creyentes en la región para anunciar a Cristo con más audacia”. El Pastor Charbel Malak resume todo el asunto con total naturalidad: “La situación es mala, pero estamos bien”.