Un Centenario de Impacto en Malí
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La Iglesia de la Alianza Cristiana y Misionera de Malí celebró recientemente su centenario, una historia que refleja el espíritu resistente de una comunidad dedicada a marcar la diferencia.
En el corazón de Bamako, donde el ritmo de la vida late al son de la esperanza, la Iglesia Cristiana Evangélica de Malí (ECEM) se erige como un faro. Imagínese la Niamakoro Cité UNICEF de Bamako, donde las puertas de la ECEM se abren de par en par, abrazando a todos los que buscan consuelo y conexión. Dirigida por el Rev. Sadrac Diarra, la iglesia lleva un mensaje de gratitud al “Rey de reyes, el Eterno”, que les ha guiado a través de muchos desafíos.
Su fe está arraigada en el Salmo 121:1-8, donde sacan fuerzas para alzar los ojos a las montañas, confiando en Dios, el Hacedor del cielo y de la tierra. La confianza de la Iglesia en las promesas del Eterno constituye la base de sus actividades.
En el centro de su misión se encuentra el compromiso con la oración. Cada enero, la ECEM inicia una semana de oración, uniendo a las iglesias locales en busca de la guía divina para sus esfuerzos. Además, una cadena de oración conecta los distritos, asegurando que las preocupaciones de la iglesia nacional se escuchen con regularidad.
La ECEM, en colaboración con sus socios, se ha convertido en una fuerza polifacética para el bien. Con 19 distritos, nueve departamentos y más de 700 iglesias locales, influyen en más de 112.000 vidas, encarnando el espíritu de la Gran Comisión de Mateo 28.
Pero su historia va más allá de las actividades espirituales. En su vocación holística, la iglesia participa en iniciativas de desarrollo y sanidad, ejemplificadas por el Hospital de la Mujer y el Niño, que da empleo a 300 personas, y 14 centros de salud, que difunden el amor y la buena nueva del Evangelio por todo el país.
La ECEM no rehúye los retos. En un país con crisis sociopolíticas y problemas de seguridad, la iglesia sigue resistiendo. A pesar de las difíciles circunstancias, organizan campamentos bíblicos y seminarios en los distritos, tocando vidas y difundiendo esperanza.
Sus equipos de evangelización han llegado a 227 aldeas y pueblos, con un resultado de 2.667 conversiones. Los esfuerzos misioneros se han extendido a grupos étnicos no alcanzados, mostrando su compromiso con la difusión del mensaje de amor.
El apoyo de los socios, en especial de la Confraternidad Mundial de la Alianza (AWF), ha sido un salvavidas. La Oficina de Socorro y Desarrollo de la AWF ha desempeñado un papel fundamental en el avance de diversos proyectos, que abarcan la ayuda a pastores, la ayuda a distritos y la formación de líderes centrada en la agricultura sostenible, realizada en colaboración con ECHO África Occidental. Estas iniciativas no sólo han proporcionado ayuda práctica, sino que también han infundido esperanza en las comunidades vulnerables.
Las historias de los beneficiarios ponen de relieve la oportuna llegada de estas ayudas, que dan esperanza a quienes luchan por conseguir una comida diaria. Frente a retos de enormes proporciones, la ECEM ha demostrado que la fe y la acción pueden llevar consuelo a quienes más lo necesitan.
Mientras la ECEM celebra su centenario, los ecos de su viaje se reflejan por diferentes zonas. Desde Sikasso a Koutiala, desde San a Sanekuy, cada zona de celebración se convierte en un testimonio del impacto perdurable de la iglesia.
La celebración principal, fijada en el corazón de Bamako en noviembre de 2023, pretende no sólo conmemorar el pasado, sino mostrar la fuerza de la comunidad cristiana a las autoridades de la nación. En tiempos de transición, la iglesia se erige en pilar de apoyo, organizando jornadas especiales para apoyar a las autoridades.
A pesar de sus logros, los retos persisten. La ECEM sueña con una sede digna, pero una disputa de terrenos lo complica. Piden oraciones para que se resuelva y se financie, garantizando un lugar seguro para su oficina nacional.
El Rev. Jura Yanagihara, presidente de la Confraternidad Mundial de la Alianza (AWF), desempeñó un papel importante en las festividades del centenario. Compartió valiosos puntos de vista sobre su pertenencia a la Familia Mundial de la Alianza, destacando cómo las asociaciones crean oportunidades de desarrollo y resiliencia al tiempo que difunden el evangelio en Malí.
El Rev. Sadrac Diarra, presidente de la ECEM, extiende sus bendiciones e invita a todos a unirse en oración por la fuerza de la Iglesia, su resistencia y el bienestar de Malí durante estos tiempos de transición.
En unidad e influencia, el centenario de la ECEM es algo más que una celebración: es una narración de personas, esperanza y un siglo de dedicación para aportar un cambio positivo a las vidas de muchos.