Unidad en Acción: Impulsar la Misión y la Colaboración en África

La Conferencia Regional Africana de AWF se centró en temas como Socorro y Desarrollo, las Misiones, los Ministerios de Mujeres y las actualizaciones organizativas, haciendo hincapié en la restauración de las relaciones rotas con Dios, con los demás y con la creación, así como en el fomento de la unidad y la colaboración dentro de la familia de la Alianza en toda África.

La Conferencia Regional Africana de AWF se celebró en Monrovia, Liberia, del 8 al 13 de noviembre de 2023, y reunió a 80 representantes de diez países de la región. En ella se abordaron diversos temas, como Socorro y Desarrollo, las Misiones, los Ministerios de Mujeres y las actualizaciones organizativas. Los diálogos sobre el desarrollo abarcaron diversas perspectivas, haciendo hincapié en la restauración de las relaciones rotas con Dios, los unos con los otros y la creación, haciendo hincapié en la centralidad de Dios. Los tres sermones del Rev. Serge Armand Yao aportaron profundas ideas sobre la fe y la misión. Se animó a los asistentes a profundizar en su fe, a examinar críticamente sus prácticas misioneras y a dar prioridad a la unidad y el amor dentro de la comunidad eclesiástica. Además, las actualizaciones de diferentes países pusieron de relieve las estadísticas, la labor misionera y los proyectos en curso, mostrando las diversas iniciativas dentro de la familia de la Alianza. La conferencia también hizo hincapié en la importancia de la unidad y la colaboración entre ministerios, con planes para futuros congresos y actividades dirigidas a los ministerios de jóvenes, mujeres y hombres. A través de estos diálogos y presentaciones, se animó a los asistentes a reflexionar sobre su papel en el avance de la misión de la iglesia y en el fomento de la unidad dentro de la familia de la Alianza en toda África.

Con el tema general de la AWF “Ir Más Profundo en Cristo, Ir Más Allá en la Misión, Ir Juntos como Familia”, los representantes de la región africana miraron hacia atrás, a sus raíces de creencia, y hacia adelante, a sus horizontes de posibilidades. Yao invitó a los asistentes a esforzarse y reflexionar. “Una de las aspiraciones más profundas de la familia de la Alianza”, empezó diciendo, “es conocer a Cristo íntimamente, caminar cada vez más con él. Pero esta aspiración debe renovarse continuamente, arraigada en la fuente de todas las cosas: Jesucristo mismo”.

Los asistentes dedicaron tiempo a redescubrir su identidad conjunta y a revisar al espectro del nominalismo que perseguía a las iglesias centenarias. Al saber quiénes son en Cristo, pudieron trazar el rumbo de lo que llegarían a ser. Al explorar y aventurarse más allá de las orillas familiares de la tradición hacia las aguas inexploradas de la misión, Yao habló de gratitud por los misioneros occidentales que habían sembrado semillas de fe en suelo africano, a menudo con un gran coste personal. Su legado era a la vez una bendición y un desafío, un recordatorio de que la misión distaba mucho de haber terminado. Yao rindió homenaje no sólo al pasado, sino también a padres como el Rev. Célestin Koffi, coordinador regional de África de AWF, que invierten en las nuevas generaciones.

La voz de Yao se suavizó al hablar. “No nos definen las acciones de unos pocos, sino el amor que nos une como familia”, dijo. En los momentos de silencio que siguieron, los corazones y las mentes de la gente se abrieron. Fue un recordatorio de la historia y una reinvención del futuro, un viaje de sanidad y esperanza.

El Rev. Jura Yanagihara, presidente de la Confraternidad Mundial de la Alianza (AWF), desempeñó un papel importante en la reunión regional. Compartió valiosas ideas sobre la pertenencia a la familia mundial de la Alianza, destacando cómo las asociaciones crean oportunidades de desarrollo y resiliencia al tiempo que difunden el evangelio en África.

El recuerdo de la historia, combinado con las aspiraciones del presente, creó una atmósfera de propósito para los asistentes a la conferencia. Y honraron el pasado, no sólo los triunfos sino también las cicatrices, reconociendo las complejidades de su viaje compartido.

Al término de la conferencia, hubo un sentimiento que trascendió la lengua y la cultura, de recordar que no eran solo delegados o asistentes, sino miembros de una gran familia, herederos de un legado de fe y fraternidad.

En medio de coloridas celebraciones y disfraces, alegres canciones en sus diversas lenguas maternas, nuestros hermanos y hermanas reafirmaron su propósito y regresaron dispuestos a llevar adelante la antorcha de la misión. No son sólo los hijos de la historia; son los arquitectos del mañana, unidos por una fe común y una visión compartida de la esperanza.