En Colombia, las Iglesias de la Ciudad Reciben Provisiones Gracias a los Hermanos Indígenas
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Al inicio de la pandemia de COVID-19, los pastores en Colombia tuvieron que cerrar las puertas de sus iglesias. Luego se preguntaron: ¿Qué hacemos ahora?
A pesar de la complejidad de la situación, Dios siempre tiene el control y responde de la manera más creativa y efectiva en cada lugar para que las iglesias sean luz del mundo. Esto sucedió en la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera El Carmelo en Cabijo, Cauca, donde la familia pastoral vio esto como una oportunidad para que la iglesia tome la iniciativa de bendecir a las familias con alimentos en las ciudades cercanas.
Como la mayoría de las iglesias rurales, la Iglesia El Carmelo vive de lo que produce la tierra y, gracias a corazones generosos, la gente estaba dispuesta a recolectar alimentos típicos de la región, como plátanos, yuca, limones, naranjas, mandarinas, ahuyamas, guayabas y otros. Con esto, las personas pudieron bendecir la vida de muchos que, en estos tiempos de pandemia, carecen de los medios para sobrevivir.
La Policía Nacional, la Comunidad Indígena Guambiana, la Comunidad Afro de los sectores cercanos y la Junta de Acción Comunitaria de La Vereda también se unieron al esfuerzo con logística e involucraron a más comunidades con el mismo objetivo de bendecir a las familias en estos tiempos difíciles.
Los edificios de la iglesia se convirtieron en centros de recolección y distribución, donde la comida se empacó bajo las medidas de bioseguridad. Se hizo una lista de quién recibiría los paquetes de alimentos previamente, y cada paquete tenía un registro de su destinatario para que se entregara a la puerta de cada hogar.
Alrededor de 600 familias han sido bendecidas gracias a estos esfuerzos. Se han distribuido unas 13,5 toneladas de alimentos en ciudades como Popayán, Santander de Quilichao, Jamundí, La Laguna, Cacahual y Cali.
La familia pastoral ha visto la respuesta de Dios al ayudar y demostrar Su amor, abriendo nuevas oportunidades para predicar Su Palabra y presenciando los resultados de este trabajo social en estos tiempos difíciles. El esfuerzo se ha recibido con gratitud, buenos testimonios de las familias de la iglesia y una aceptación y fortalecimiento de las buenas relaciones con la comunidad.