Consorcio de Seminarios Aliancistas en la Región América Latina de AWF
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«La unión hace la fuerza» es un dicho popular que se atribuye al libertador Simón Bolívar para significar la fortaleza que hay en la unidad de los pueblos. Aproximadamente en el año 900 a.C. el sabio Salomón dijo: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” (Eclesiastés 4:12). Con esto afirmaba que por muy buenos que sean dos personas juntas, tres es incluso mejor pues son como una cuerda maciza.
Desde hace algún tiempo profesores de teología y académicos vienen discutiendo el futuro de la Educación Teológica ante los aprietos que los seminarios bíblicos atraviesan, no sólo en el Norte sino también en el Sur Global. Algunos afirman que de persistir estas tendencias, la forma moderna de capacitar a los pastores podría desaparecer por completo. En concreto, señalan que hay gran escasez de profesores que serán maestros de los maestros, y cada vez que se busca rectores o decanos o miembros para la facultad en nuestros seminarios teológicos, las listas de candidatos son increíblemente cortas.
A esto hay que añadir factores económicos que aumentan la presión y las posibilidades del cierre de una escuela, como sucedió con el Seminario Teológico Alianza (Nyack) el 2023. Para algunas iglesias como los metodistas unidos estadounidenses, esto es una amenaza real, pues podrían terminar como la Iglesia Metodista de Gran Bretaña que ya no tiene seminarios y ahora depende, en gran parte, de sus relaciones con otras denominaciones para la formación de sus ministros.
Los Seminarios en América Latina
El futuro de la iglesia depende mucho de la educación teológica, tarea que mayormente la conducen los seminarios bíblicos formando pastores y líderes bien preparados. Sin la educación teológica la iglesia enfrenta una grave pérdida de discernimiento y conocimiento bíblicos, pues los creyentes tendrán sólo pasión, pero no buen juicio, quedando así vulnerables al asecho de “personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad” (Efesios 4:14 NTV).
La Confraternidad Mundial de la Alianza (AWF) tiene registrados más de 30 escuelas teológicas desde México hasta Chile (a nivel mundial son más de 90), contando la sede principal y sucursales en otras ciudades. Algunas, como los seminarios de Temuco, Chile, y Buenos Aires, Argentina, tienen más de 100 años de existencia lo que muestra el largo recorrido de las instituciones teológicas aliancistas en la región, las que no han estado libres, naturalmente, de dificultades y desafíos.
Consorcio de Seminarios Aliancistas
Considerando que en nuestros días se hace muy difícil mantener a flote nuestras escuelas teológicas, por algunos años ha habido la inquietud de aprovechar al máximo toda esta tradición de más de un siglo de experiencia, y ver cómo los seminarios podrían aunar esfuerzos para trabajar en conjunto. Para tal fin, en los últimos años los rectores y decanos han venido tratando este tema y otros, como la creación de una «Agencia Acreditadora». Estas propuestas e ideas se concretaron el 2023 cuando la red que une a los Institutos Teológicos Aliancistas de América Latina (ITAAL), aprobó la formación de un Consorcio de Seminarios Aliancistas (CoSemA).
Un consorcio es una asociación formal entre dos o más instituciones de educación superior que colaboran en actividades académicas, de investigación, administrativas y/o de servicios. Estas asociaciones pueden tomar diversas formas y tener diferentes objetivos, pero generalmente involucran la cooperación en áreas como intercambio estudiantil, programas de investigación en conjunto, desarrollo de currículos, uso compartido de recursos, así como la promoción de la excelencia académica y la innovación educativa.
Los consorcios permiten a las instituciones participantes aprovechar las fortalezas y recursos de cada una para ampliar las oportunidades educativas de sus estudiantes, mejorar la calidad de la investigación, y colaborar en proyectos que pueden ser más efectivos o factibles con el apoyo de todos. El CoSemA buscará la centralidad de Cristo, la comunidad relacional que mejora la colaboración efectiva, así como el desarrollo personal y ministerial de los estudiantes.
Debido a que en América Latina son pocas las instituciones superiores evangélicas de educación teológica que tienen reconocimiento de sus gobiernos, CoSemA crearía un conjunto de estándares de calidad para las instituciones participantes, manteniendo así la confianza dentro de la denominación que sus pastores y obreros recibirán instrucción y formación de acuerdo con las prácticas y enseñanzas aliancistas. Además, CoSemA también puede fungir de “agencia acreditadora” asegurando la calidad general de los programas en el contexto académico, y elevando así el nivel de los institutos bíblicos que han quedado rezagados por diversos motivos.
Formar un consorcio de seminarios bíblicos implica superar varios desafíos.
- Primero, intereses propios. Cada seminario tiene sus agendas específicas, lo que puede dificultar la búsqueda de un terreno común en áreas como la formación de líderes, el enfoque del currículo y la misión de la institución.
- Segundo, autonomía institucional. Las instituciones teológicas suelen valorar su autonomía y libertad académica, lo que puede llevar a no comprometerse con un consorcio que pueda percibirse como una restricción a esa autonomía.
- Tercero, temor a la competencia. En algunos casos, los seminarios pueden ver a otras instituciones como competidoras en lugar de colaboradoras potenciales, generando desconfianza y dificultando la colaboración mutua.
- Cuarto, recursos limitados. Algunas instituciones pueden ser reacias a participar debido a la percepción de que tendrán que contribuir con recursos adicionales sin recibir beneficios tangibles a cambio.
Superar estos obstáculos requerirá un compromiso significativo por parte de todas las partes interesadas, así como un enfoque cuidadoso en la construcción de relaciones de confianza, la identificación de objetivos comunes, y la búsqueda de soluciones creativas para abordar las diferencias que pudieran surgir. Al sopesar los desafíos frente a los beneficios, claramente se aprecia lo que CoSemA puede significar para la Alianza en la región.
- Primero, intercambio de recursos y conocimientos. La colaboración entre diferentes seminarios en un consorcio facilita el intercambio de recursos, materiales educativos y conocimientos enriqueciendo así la experiencia educativa de los estudiantes y profesores.
- Segundo, diversidad de perspectivas. Un consorcio ofrece una gama más amplia de perspectivas teológicas y enfoques educativos, lo que enriquece el debate y la comprensión de las Escrituras y la fe.
- Tercero, eficiencia y optimización de recursos. Al colaborar en programas educativos, los seminarios pueden optimizar el uso de sus recursos lo que les permite ofrecer una educación de calidad de manera más eficiente.
- Cuarto, desarrollo de la iglesia. Un consorcio contribuye al desarrollo de la iglesia global al proporcionar obreros capacitados y comprometidos que servirán como agentes de cambio en sus comunidades locales.
Necesitamos fortalecer y unificar nuestros centros de capacitación para seguir edificando una iglesia fuerte y doctrinalmente sana que bendiga nuestros países y continente. CoSemA puede ser el instrumento para lograr este fin pues cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente.