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Más Historias de Restauración en Magar, Nepal

febrero 25, 2020

El milagro de salvación que ocurrió cuando un misionero se encontró con un hombre en el camino de Magar, Nepal.

 

En 2015, un joven nepalés, Ganesh Bayalkoti, fue enviado como misionero a Magar, Nepal, un país pobre del sur de Asia, ubicado principalmente en el Himalaya.

Ganesh ha estado trabajando entre la gente de Magar desde entonces, y después de cuatro años de ministerio entre el pueblo Magar, hay 18 creyentes de primera generación (de los cuales 14 han sido bautizados) y más de 10 niños.

Un día, mientras caminaba, se encontró con un hombre, compartió con él las noticias sobre Jesús y sucedió un milagro.

Hari Lal Magar es de origen hindú. Está casado y tiene dos hijos. Antes de conocer a Jesucristo, tenía muchos problemas en su familia: ataques demoníacos, ningún éxito en el trabajo y la vida, desilusión y falta de paz. Había invertido todo su dinero, tiempo y esfuerzos, pero no tuvo ningún éxito. Estaba desanimado y decepcionado.

Un día, cuando nuestro misionero, Ganesh Bayalkoti, iba a la aldea de Dhopka para visitar y tener comunión con los creyentes de Magar, se encontró con Hari Lal en el camino. Hari Lal se dirigía a su casa, cerca de donde viven los creyentes de Magar. Mientras Ganesh y Hari Lal caminaban juntos, comenzaron a hablar. Ganesh le preguntó sobre su vida y Hari Lal comenzó a compartir sobre sus problemas. Ganesh relató su testimonio personal, alentó a Hari Lal y compartió el evangelio con él. Le dijo que Jesús ama a todas las personas y que Jesús es el único camino, la verdad y la vida. Ganesh le dijo a Hari Lal que, si creía en el Señor Jesucristo y lo aceptaba como su Salvador personal, Jesús le daría paz.

Antes de separarse, Ganesh oró por Hari Lal y lo invitó a la comunión la próxima semana. El sábado siguiente, Hari Lal asistió a la reunión con su esposa y sus dos hijos y ellos aceptaron públicamente a Jesucristo como su Salvador y Señor personal. Los creyentes oraron por ellos y continuaron orando por él y su familia. Y día a día, el Señor comenzó a hacer grandes cosas en esa familia. Ahora todos tienen alegría y paz en sus corazones. Hari Lal pronto consiguió un trabajo en la ciudad de Birendranagar, y ahora son financieramente estables y les va bien como familia. El Señor los ha bendecido con una vida de paz.

Por: Roland Lumawag y Priscila Yanagihara
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